Hola, soy dario untoria

En el año 1998 me retiré a reflexionar, buscando comprender el sentido de la vida más allá de su concepto cotidiano.
Sentía que había algo más, algo que escapaba a las palabras y a las estructuras que nos enseñan.

Comencé a indagar en religiones politeístas, exploré corrientes teosóficas y me dejé guiar por la intuición.
Entonces ocurrió algo: una chispa se encendió dentro de mí. Una fuente inagotable que, por primera vez, sonaba a verdad.

Decidí formarme, estudiar y dar forma a aquello que estaba experimentando, para comprender con más claridad lo que acontecía en mi interior. Así inicié un camino de aprendizaje que comenzó en 1998 con la Osteopatía y formación en trabajo fascial, al que siguieron formaciones en quiromasaje, masaje deportivo e hipnosis. El Método Silva supuso una enorme puerta de apertura, un punto de inflexión que me llevó a profundizar en los niveles más sutiles de la mente y la conciencia. Posteriormente amplié mi visión con estudios en canalización y chamanismo. Todo este recorrido me permitió unir el conocimiento corporal, mental y espiritual en una misma mirada, dando sentido a la experiencia que hoy comparto.


Con el paso de los años, el camino se amplió. Viajé, conocí sabias y sabios con un profundo conocimiento, y cada encuentro fue encajando una nueva pieza del gran puzzle que me acompaña en este retorno al hogar interior, en este camino de Vuelta a Casa.


En este ahora, me abro a dar continuidad a lo que brota desde lo más profundo hacia el mundo.
El vacío ha concluido, la quietud ha tomado su lugar, y lo que yacía dormido finalmente ha despertado.

El sendero se revela claro: Amar y Servir.

Mi visión

MI VIaje

Mi viaje hacia el conocimiento me llevó por Centro y Sudamérica, por distintos países de Europa, y me permitió colaborar con profesionales de la salud desde diferentes enfoques: desde el más tradicional ,médicos, enfermeros, naturópatas y homeópatas. Hasta aquellos que integran la dimensión más espiritual del ser.

Conclusión

Hoy comprendo que todos, desde su lugar, participan de una misma búsqueda: recordar quiénes somos realmente.